miércoles, 26 de noviembre de 2014

Una llaga abierta que no deja de arder

Sucesos El crimen de Nora Dalmasso no fue un caso más. Hubo tres fiscales trabajando en conjunto, quienes concluyeron que el supuesto asesino podía ser el pintor Gastón Zárate. Una muerte que trazó una herida hasta ahora irreversible. Que dañó de manera incalculable la confianza de la sociedad en el Poder Judicial. Un crimen que atravesó vínculos poderosos, jamás aclarados por completo. Una llaga abierta que no deja de arder. Ocho años después, Nora Dalmasso es el nombre de la impunidad. Es el rostro de una Justicia impotente.

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