Opinión Fuera del enfrentamiento que deriva del conflicto entre el Gobierno y el Poder Judicial, el tránsito por el último mes del año se anticipa también tumultuoso en otros sectores. Si no fuera por la capacidad y decisión de hacerles daño a quienes considera enemigos, la reacción del oficialismo de denunciar a sus denunciantes podría interpretarse como propia de un incomparable infantilismo político. Es tan elemental como aquello de disimular la presencia de un elefante llenando la calle de elefantes, o creerse que, cualquiera sea el caso, la mejor defensa es un buen ataque.
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