sábado, 1 de noviembre de 2014

Barú, la isla del ensueño

La sugerencia para los viajeros es que, en un plan de vacaciones de una semana, Cartagena de Indias merece no menos de cuatro noches de estadía y, al quinto día, a la playa, en isla Barú.

Pero, antes de abandonar Cartagena, hay que darse un paseo por la ciudad amurallada a bordo de un mateo tirado por un caballo, cuyo conductor seguramente le irá detallando y explicando el nombre de las calles.

Si siente que la ropa le cruje como si estuviera almidonada, no se asuste, es el realismo mágico que lo ha transportado a la época colonial.

Tras una visita a Cartagena, reservarse unos días para hacer playa en isla Barú es una buena opción.
Un paseo en coche por las calles de Cartagena es inolvidable.
Toda la fuerza de los colores del Caribe, en isla Barú.
Vista desde uno de los balcones del Decameron Barú.
Los coloridos balcones de Cartagena, dentro de la Ciudad Amurallada.
Navegando por la bahía de Cartagena se puede cruzar con los pescadores que regresan de su jornada.

No se trata de una isla sino que era un istmo, o sea parte del continente, pero a alguien se le ocurrió hacer un canal, el Canal del Dique, y quedó separada. Hoy, un puente une ambos lados del canal y se puede hacer el trayecto por tierra.



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