Opinión La gobernabilidad del planeta tiene dos desafíos, sin importar qué partido sea elegido ni en qué país suceda: reducir las emisiones de gases efecto invernadero y cambiar de manera gradual la matriz energética global por una limpia. De esta manera, la segunda tendrá un efecto inmediato e inversamente proporcional en la primera, y además impactará en la independencia soberana de aquellas naciones que lo entiendan con mayor rapidez. Sebastián Navarro* Si la crisis energética ha sido el factor desequilibrante que se “comió” el superávit de la Argentina, ello significa que el próximo presidente deberá elevar al rango de ministerio dos problemas que son indivisibles: energía y crisis climática.
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