domingo, 12 de octubre de 2014

Casabindo se levanta con el Sol

Iglesia de Casabindo, a cuyo frente está la plaza del toreo.
Postal pueblerina. Una lugareña ofrece sus productos a los turistas.
El Sol comienza a despuntar en el horizonte y Casabindo se muestra entre la bruma. Parece un paisaje lunar, pero es en la Puna jujeña.
Mariano Miguel Cardarelli y Lucio Casalla*

La historia de Casabindo es muy conocida, puesto que es la única corrida de toros de la Argentina, en la que se entremezclan la celebración del día de la Asunción de la Virgen, con la Pachamama y un ritual de libertad de los pueblos originarios, una tradición antiquísima que viene desde la época de la conquista.

Quizá lo más impactante sea la vivencia personal de presenciar semejante encuentro, que no se encuentra comúnmente ni en libros, ni en Internet ni videos de YouTube.

Un pueblo de apenas 200 habitantes, a 3.600 metros de altura en medio de la cordillera, cada 15 de agosto se reconvierte en un hito del turismo, con miles de visitantes de todo el mundo.  El toreo de la vincha, una mezcla de fiesta popular, profesión de fe y tradición.



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