Harrison: un guitarrista con la tristeza de un santo. Las máquinas voladoras. González Tuñón.
Harrison: un guitarrista con la tristeza de un santo
Bueno, en pocos días más hará 13 años que murió George Harrison y debe de haber pocos lectores que lo recuerden, porque pasó los últimos años de su vida recluido en una casa estilo Tudor a la que hizo clausurar puertas y ventanas.
Tras la muerte del cantante, la mansión salió a remate con una base de tres mil millones de libras esterlinas y la compró un árabe bigotón y mal humorado que, además, fue acumulando las guitarras que utilizó Harrison a lo largo de su carrera.
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