Para los jóvenes involucrados, participar fue ponerse a prueba y demostrar, o demostrarse, que eran capaces de hacerlo.
Para los jóvenes involucrados, participar fue ponerse a prueba y demostrar, o demostrarse, que eran capaces de hacerlo.
Además de aprender a hablar frente a una cámara, ampliar su vocabulario y perder el miedo a exponerse, también debieron organizar sus tiempos para no descuidar los estudios.
“Los lunes salimos a las 17 del colegio y a las 18 tenemos que presentarnos en el canal para hacer el programa. A veces nos llevamos las carpetas para hacer las actividades del día siguiente porque grabamos hasta la medianoche”, contó Natalina Cravero (17), una de las conductoras.
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