sábado, 11 de octubre de 2014

Excesos y obsesiones para conservar poder

“Si ese es el lugar asignado, Lorenzetti no entra”, repetía Bourdín. Sobre la hora, se sentó con sus colegas de la Corte Elena Highton y Eugenio Zaffaroni.

Si para solucionar los problemas estructurales del país –como la inflación, el desempleo, la inseguridad o las cuestiones estratégicas de energía, transporte o educación–, la presidenta Cristina Fernández hubiese puesto la misma tenacidad y dinero que usa para combatir a los medios y al periodismo crítico, la Argentina sería hoy muy diferente.

Es probable, también, que su base de sustentación política, a un año de la finalización de su mandato, fuera mucho más amplia y la propia sociedad le demandara continuidad a su gobierno.



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