Esta es una historia más de cómo un establecimiento industrial deriva y se transforma en un emprendimiento turístico. Ejemplos hay muchos y basta con visitar Mendoza, donde muchas bodegas ya han hecho esa experiencia, para conocerlos.
En este caso es en otra latitud, otra geografía, completamente distintas: es Misiones, con su tierra pródiga y colorada; con su selva tupida y de intensos verdes, y con sus ríos de aguas profundas y turbulentas, la que convoca.
Quienes conocen Misiones sabrán de qué se trata esto de adentrarse en el centro de la selva y descubrir sus secretos. Alojarse en una posada, en una histórica plantación yerbatera, es una experiencia singular. Puerto Bemberg, a 25 kilómetros de las Cataratas.
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