Política El país de las dicotomías se sumergió en las últimas siete semanas en una divisoria de aguas fatal: suicidio u homicidio. El país de las dicotomías se sumergió en las últimas siete semanas en una divisoria de aguas fatal: suicidio u homicidio. Aunque la presidenta Cristina Fernández en los albores del caso Nisman hizo pública su certeza de que al fiscal de la causa Amia lo habían matado, luego el Gobierno pareció encolumnarse tras los pasos de la fiscal Viviana Fein, y el expediente que ella instruye se va arrimando a la hipótesis del suicidio, aunque mantenga la carátula de muerte dudosa.
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