Política Tres posturas bien diferentes se dirigen hacia una colisión segura. Y de ese choque de intereses deberá salir una postura que, a esta altura, nadie puede garantizar que será orgánica. En cinco días, en su Convención Nacional, el radicalismo decidirá qué camiseta se pondrá para jugar las Paso, lo que sellará su suerte de ahí hasta las presidenciales de octubre. Lo hará en un marco de fuerte división y pujas internas propias de su larga historia democrática. Ningún correligionario que se precie de tal puede sorprenderse de ello.
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