Mundo Agencia AP Washington. Este mes, en dos ocasiones la Casa Blanca lidió públicamente con la fuerte carga política de la terminología relacionada con el terrorismo. Días después de la mortífera oleada terrorista en París, el presidente Barack Obama fue criticado porque se abstuvo de describir los ataques como un ejemplo de “extremismo islámico” y optó por “extremismo violento”, un término más genérico. Esta semana, la Casa Blanca tuvo dificultades para explicar por qué el gobierno a veces sí y a veces no clasifica a los talibanes afganos como una organización terrorista. La Casa Blanca intenta cambiar la forma en que es vista desde el exterior y evita vincular los atentados con el islam.
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