El tránsito vehicular se ha complicado. Es hora de entrada al colegio y el desorden perturba a muchos. El apuro es contagioso, los conductores se impacientan y hay que estar atento a que cada chico llegue bien.
Una frenada intempestiva causa un leve toque de paragolpes entre dos autos, sin consecuencias para los pasajeros ni las carrocerías. Un padre apurado quiso evitar un pozo y otro padre apurado lo chocó de atrás. El primero se disculpa con la mano en alto. El otro, en cambio, se enoja. Con el rostro encendido, comienza a gritar.
Es hora de entrada al colegio y el desorden perturba a muchos. El apuro es contagioso, los conductores se impacientan y hay que estar atento a que cada chico llegue bien.
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