Hace 30 años, las mujeres pobres en Brasil vendían su leche de pecho y dejaban a sus hijos en peligro de sufrir desnutrición. El equipo en los pocos centros de recolección de leche materna que existían era tan costoso que limitaba la capacidad del país para ampliar el alcance del programa.
Esta situación ha cambiado radicalmente, gracias en parte al químico Joao Arigio Guerrade Almeida, que ha convertido la Red de Bancos de Leche Materna de Brasil en un modelo que estudian otros países y al que atribuyen la reducción en dos tercios de la mortalidad infantil.
Les atribuyen haber reducido la mortalidad infantil. Cuando una madre es incapaz de alimentar con pecho a su bebé, la red interviene y ofrece leche materna gratis.
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