La humedad envuelve a La Habana, la capital de Cuba. Al dejar el Aeropuerto Internacional José Martí y emprender el viaje hacia el centro, comienza a desgranarse el maravilloso catálogo capitalino que lleva al Parque Central. Ese es el punto equidistante entre el Capitolio y el Malecón, donde se agrupan carruajes tirados por caballos, bicicletas- taxi y autos de colección, de mediados del siglo 20 e incluso anteriores, hoy puestos en valor y disponibles para el turismo.
“Si me pierdo, que me busquen en Andalucía o en La Habana...”, escribió Federico García Lorca a su madre en 1930. El rico patrimonio habla de historia y convive con inquietudes culturales y artísticas en delicioso ensamble. Dignidad y alegría, estandartes de su pueblo.
Contenido extraido de: http://ift.tt/10cSFl3