lunes, 1 de diciembre de 2014

La isla del Gran Corso

Mundo Y si algo le faltaba a la isla de Elba para ser famosa, además de la presencia de etruscos, romanos, Medicis y de sus bellezas y riquezas naturales, lo tuvo con el desembarco en sus costas del emperador Napoleón Bonaparte. El Grande Corso –como se lo llama– desembarcó en la isla como emperador exiliado en 1814 y permaneció allí durante 299 días. La isla, en consecuencia, se transformó en el centro cultural y político de su tiempo: poetas, artistas, espías y hombres de mundo se dirigieron al lugar con la esperanza de visitar al hombre que tuvo a Europa en un puño. Y si algo le faltaba a la isla de Elba para ser famosa, además de la presencia de etruscos, romanos, Medicis y de sus bellezas y riquezas naturales, lo tuvo con el desembarco en sus costas del emperador Napoleón Bonaparte.

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