La condena a José, “Yaca” y “Cory” Vargas por el secuestro coactivo de Nicolás Sabena tiene fuerte repercusión en Río Cuarto. No sólo conmueve el dolor de la familia, sino el hecho de que los involucrados fueran considerados durante muchos años como “intocables”, por sus vínculos delictivos y un supuesto accionar como “buchones” de la Policía.
Pero falta mucho para considerar que se hizo Justicia por Nicolás.
El 14 de septiembre pasado se cumplieron seis años de su desaparición en la casa quinta de Vargas, siempre sospechada de funcionar como “aguantadero”.
No sólo conmueve el dolor de la familia, sino el hecho de que los involucrados fueran considerados durante muchos años como “intocables”, por sus vínculos delictivos y un supuesto accionar como “buchones” de la Policía.
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