La mujer barría la vereda. Eran las 8 del domingo y faltaba poco para abrir la panadería. De pronto, la joven quedó paralizada y gritó: las dos piernas se veían claramente a través del desagüe de la calle. Otra empleada se acercó y no pudo creer lo que escuchaba: el llanto de una niña provenía de la misma alcantarilla. Bastó que otro vecino se asomara para descubrir la terrible escena. La criatura lloraba desconsolada al lado del cadáver de su madre.
A los minutos, la zona quedaría repleta de policías, peritos, funcionarios judiciales, periodistas, curiosos...
La mujer fue encontrada en un desagüe de barrio Alto Alberdi. Martina yacía viva a su lado. La nena está delicada en un hospital. El acusado, preso en Bouwer.
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