No hay un ejemplo más claro de impedimento al acceso a la información pública que el desguace de credibilidad que hizo el Gobierno nacional con el Instituto Nacional de Estadística y Censos. Datos hay; el problema es que nadie los toma seriamente como referencia.
No hay un ejemplo más claro de impedimento al acceso a la información pública que el desguace de credibilidad que hizo el Gobierno nacional con el Instituto Nacional de Estadística y Censos. Datos hay; el problema es que nadie los toma seriamente como referencia. La información se publica, pero no sirve, que es lo mismo que decir que no la hay.
Esta situación se ubica lejos de lo que acontece en la Legislatura provincial con el bajo índice de pedidos de informes que contesta el oficialismo. Pero los fríos números revelan que algo se está haciendo mal en el cuerpo legislativo.
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