La contracara de la frivolidad y también del adoctrinamiento es el pensamiento crítico. El entretenimiento-espectáculo es importante, pero no forma pensamiento crítico.
Todo es cultura, pero no todo merece distinciones culturales. El elitismo puede ser tan cuestionable como la demagogia, en el campo de fronteras nebulosas de la producción cultural.
Curtis Garland fue uno de los cientos de seudónimos que utilizó el español Juan Gallardo Muñoz para firmar las más de dos mil mini-novelas que le publicó, en la colección Bolsilibro, la editorial Bruguera.
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